El nuevo recluso 165, una chica traviesa, recibe una palmada juguetona de los guardias. Descubren su secreto: juguetes sexuales. Ella es desnudada y castigada, y se complacen mutuamente bajo supervisión de los guardianes. Los guardias miran mientras se provoca y se com placer a sí mismos, hasta que se unen.