Después de un día perezoso en el sofá, mi amigo no pudo resistirse a mi ajustado y suave cuerpo delgado.Sus fuertes manos exploraron mis curvas encendiendo una ardiente pasión que culminó en un acoplamiento salvaje y sin inhibiciones.El éxtasis me dejó en un estado de felicidad, su cálida esencia marcando el final de nuestro íntimo encuentro.